Durazno
Introducción:
Prunus persica L.
En las zonas tradicionales de producción de durazno, existe una gran variabilidad de cultivares, lo que permite extender la producción por varios meses. Uno de los inconvenientes de las variedades es la alta perecibilidad de las frutas, por lo que es necesario mejorar diferentes aspectos del manejo del cultivo como la nutrición y cosecha, así como, fortalecer las cadenas de frio y la agroindustria para dar valor agregado y reducir las pérdidas poscosecha, de tal manera que, se aproveche de mejor manera y sea rentable el cultivo de esta fruta apreciada en el mercado.
Condiciones agroecológicas:
Requerimientos climáticos y edáficos
Zona: Tungurahua, Cotopaxi, Chimborazo, Cañar, Azuay
Precipitación: 500 - 600 mm durante el ciclo de cultivo.
Temperatura: 12 °C de temperatura promedio, evitando zonas de heladas.
Altitud: 2 200 - 2 900 msnm
Suelo: Franco, Franco arenoso o arenoso
pH: 6.5 a 7.5
Materiales de siembra:
Vivero:
Establecimiento del cultivo:
Nutrición:
Se recomienda aplicar 180 – 60 – 150 kg/ha/año de N – P2O5 y K2O, respectivamente, distribuidos de la siguiente manera: el 40% de Nitrógeno luego de la cosecha; el 100% de P + 30 % de N + 40% de K en yemas hinchadas; durante el desarrollo del fruto 30% de N, 30 de % K; y finalmente el 30% de K un mes antes de la cosecha.
Manejo agronómico:
Manejo de insectos:
Manejo de enfermedades:
Cosecha y Poscosecha:
Costos de Producción:
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