Comunidades productoras de camote en Manabí: resiliencia y brechas de género frente al cambio climático

Investigadores del INIAP, junto con la Universidad Técnica de Manabí, analizaron las capacidades de adaptación al cambio climático en comunidades productoras de camote (Ipomoea batatas), con enfoque de género, en los cantones Rocafuerte, Bolívar y 24 de Mayo, provincia de Manabí. 

Elaborado por: Lya Vera
Octubre, 2025

El cambio climático ha intensificado la variabilidad de lluvias y temperaturas en la Costa ecuatoriana, afectando directamente los ciclos productivos del camote, cultivo clave para la seguridad alimentaria y la economía familiar. La investigación evidenció que las lluvias irregulares y las sequías recurrentes reducen la productividad y la calidad del cultivo, mientras que las respuestas de los agricultores tienden a ser reactivas más que planificadas.

INIAP CAMOTE TOQUECITA

Los resultados muestran un sistema productivo predominantemente masculinizado, donde el 100% de los productores encuestados son hombres y más de la mitad supera los 50 años. La participación femenina es mínima, con un acceso limitado a la tierra, a insumos y a la toma de decisiones dentro de las fincas. Pese a que el 87% de los productores utiliza riego, la mayoría no cuenta con sistemas tecnificados, y el manejo agronómico se basa en prácticas tradicionales con uso frecuente de herbicidas. Estas condiciones reflejan una vulnerabilidad estructural que agrava los efectos del cambio climático sobre la producción.

La investigación también detectó un bajo nivel de organización comunitaria y una limitada vinculación con instituciones de asistencia técnica. Menos del 10% de los productores participa en asociaciones o programas de capacitación, lo que reduce su capacidad colectiva de adaptación. Además, los registros climáticos del INAMHI (2013–2023) revelan un aumento en la variabilidad pluviométrica, con déficit hídrico recurrente, especialmente en el cantón 24 de Mayo, donde se observan los mayores impactos en rendimiento y estabilidad productiva.

El estudio concluye que la adaptación al cambio climático en estas comunidades depende no solo del acceso a tecnologías y recursos, sino también de la equidad en la participación de hombres y mujeres en la gestión agrícola. Fortalecer la inclusión de las mujeres, promover la capacitación técnica, mejorar el acceso al riego y fomentar prácticas agroecológicas son estrategias prioritarias para aumentar la resiliencia del sistema productivo del camote.

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